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mayo  16, 2024

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FORES - ARGENTINA: ¿UNA SOCIEDAD CON JUSTICIA POR MANO PROPIA?

Marcelo de Jesús

Citar: elDial.com - CC3968

Copyright 2024 - elDial.com - editorial albrematica - Tucumán 1440 (1050) - Ciudad Autónoma de Buenos Aires - Argentina

Texto Completo

FORES – Foro de Estudios sobre la Administración de Justicia
Entrevista al Dr. Marcelo Octavio de Jesús, Presidente de FORES

Por Julio A. J. Carrillo

MARCO INSTITUCIONAL DE UNA JUSTICIA POR MANO PROPIA

 

En la sede de la entidad, en una de las reuniones habituales de trabajo a la que fui invitado, tuve ocasión de realizar la entrevista que se desarrolla a continuación, sobre Argentina, una sociedad con justicia por mano propia.  

 

1. ¿Cuál es el marco institucional en el que se produce el problema?  

 

El acceso a la justicia por mano propia se da en un marco en el cual las instituciones, tanto políticas como económicas, crean una situación de falta de confianza para el tratamiento del tema que desarrollamos. Dada la opinión pesimista de la población acerca de la situación actual y futura en base a su percepción sobre el empleo, el ingreso familiar y la capacidad de compra. (Ver Índice General de Expectativas Económicas, Abril 2014, UCA, Facultad de Ciencias Económicas.)

 

2. ¿Vamos hacia o ya Estamos en una sociedad de justicia por mano propia?  

 

Los medios de comunicación nos informan en estos días sobre hechos graves de linchamientos a personas sospechadas de crímenes. Se califica a tales hechos como “justicia por mano propia”

Me gustaría explicar por qué estos hechos son más graves de lo que parecen, por dos razones: 1) porque resultan de raíces que ya se desarrollaron y que ahora están “dando sus frutos” y 2) porque estamos haciendo exactamente lo contrario de lo que deberíamos hacer: impedir que esta “justicia” se desarrolle, es decir, la estamos alimentando. Finalmente, me gustaría esbozar algunas políticas para avanzar en una solución de fondo.

 

3. ¿Qué es justicia por mano propia?  

 

Ante todo, debemos ponernos de acuerdo sobre a qué llamamos justicia por mano propia. Este fenómeno no es sólo el linchamiento de criminales reales o presuntos) sino que incluye también cualquier otro acto por el cual un conflicto no se soluciona por los medios institucionales. Es decir, solucionamos algo que sentimos como “injusto”, de “otra” manera que la que prevean nuestras instituciones.

Veamos hechos de la vida diaria además de  linchamientos, que son actos de justicia por mano propia: si nos creemos merecedores de un “terrenito”, se usurpan lotes o casas, si creemos que los impuestos o tasas son altos, subfacturamos o sobrefacturamos, si creemos ser víctimas de una injusticia (cualquiera) tomamos un puente o cortamos las calles o tomamos una escuela, y si las cargas sociales son altas, creamos el empleo “en negro” (hoy es aproximadamente del 37%). Podemos decir que “La  anomia abreva en el ancestral ‘se acata pero  no se cumple’, es cómplice de la triste historia institucional del siglo XX (Daniel Montamat, Mitos del País resignado, La Nación, 26.11.09)

Expuesto muestra que la sociedad, cotidianamente y sin espantarse, viola la ley y se saltea las vías institucionales para solucionar hechos que considera injustos.

 

4. Mediciones. Existen dos índices que “miden” este fenómeno.  

 

La primera evidencia es el Índice de Confianza en la Justicia (ICJ[i], última medición disponible julio de 2011) que nos muestra que, ante una injusticia un tercio de la sociedad no llevaría el problema a la justicia.

 

 

Sub-índice Conductual

Sub-índice Perceptual

Índice Confianza en la Justicia (ICJ)

Julio de 2004

64,4

28,2

46,3

Julio de 2005

66,4

26,5

46,5

Julio de 2006

69,7

28,5

49,3

Julio de 2007

67,1

25,9

46,5

Julio de 2008

70,9

28

49,5

Agosto de 2009

67,2

29,5

48,3

Marzo de 2010

71,1

29,9

50,5

Julio de 2011

70,2

35,9

53

 

Para el índice conductual se pregunta al entrevistado si en caso de sufrir una injusticia llevaría el problema a la justicia: 30% (29,8%%) contestó que no. Este grupo tiene dos alternativas: o no hace nada (acumulando frustración) o soluciona las injusticias a su modo (es decir, hace “justicia” por mano propia).

Lo que agrava la situación viene en el índice perceptual al preguntarse al entrevistado si creen que la justicia es imparcial, honesta y eficiente: allí 64% de los encuestados creen que la justicia no lo es. En otras palabras, tal vez recurran a la justicia pero no porque crean que es lo mejor sino porque “no tienen más remedio”.

El segundo índice viene de las estadísticas de criminalidad: lo que está cambiando es la composición del delito. Es decir, nos estamos convirtiendo en una sociedad más violenta. Y eso nos hace responder a la violencia con más violencia. Los últimos datos que nuestro gobierno nos dio son del 2008. Son viejos pero suficientes para mostrar la gravedad del tema.

El siguiente cuadro muestra la composición del delito tomando básicamente dos categorías: delitos contra las personas y delitos contra la propiedad.     


Lo que observamos es que, desde 2002, los delitos denunciados contra la propiedad viene decreciendo hasta llegar al 58,7% en 2008, mientras que desde 2002 no paran de crecer los delitos contra las personas. A ello se suma que desde 2002 hasta 2008 el delito denunciado creció 263%.

 

5. Vías para una sociedad institucional

 

Los ejemplos de la vida diaria y los índices expuestos nos muestran que los linchamientos son un emergente de muchos años de abandono institucional.

El primer camino es reconocer que los poderes del Estado son parte del problema. Por ejemplo no es admisible que funcionarios públicos descalifiquen públicamente a los jueces o no cumplan las sentencias

Segundo. El sistema de justicia debe ser más eficiente. No solo los jueces: también los abogados, las facultades de derecho, las asociaciones de abogados y las de jueces. Todos debemos ser más rápidos, transparentes y eficientes.

Tercero. La solución tomará tiempo: el problema está ya en nuestras costumbres. Requiere que todos los actores no sólo formulen políticas consistentes a lo largo del tiempo, sino que también actúen coordina y no separadamente.

Sin empezar a actuar, y como estamos hoy, sólo podemos esperar que la situación se agrave aún más.

 

6. ¿Cuál es la situación y qué podemos hacer?

 

Para hacerlo debemos ocuparnos de la actual situación socioeconómica en la que se tiene que actuar, como señaláramos, dado que además de reconocer la existencia del problema, queremos accionar, e incluirlo en los reclamos de la sociedad, en especial a aquellos que actúan en el Derecho, la Política y la Economía, comprendiendo incluso a los particulares que deciden sobre la situación económica. (Ver FIEL, Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas,  Indicadores de Coyuntura, 552, abril, 2014.)

 

 


[i] Realizado por Fores, la Universidad Torcuato di Tella y la Fundación Libertad, datos obtenidos por Poliarquía

 

 

Citar: elDial.com - CC3968

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